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lunes, 28 de enero de 2013

 The Mućišta story



«I love my children! Do you know how glad I am when I can pamper them with a chocolate!» – the father says warmly and his eyes shine with joy. I`ve met this family two years ago during one of my field researches. I was told about some refugee houses close to the Vraca memorial park. The Mućišta family moved to Sarajevo leaving their hometown Đakovica in Kosovo and suffering from everyday hardships of the war. For sometime Hajrula, his wife and children were traveling around Italy in search of happiness, but couldn`t find it there. Sarajevo put up the family in one of the destroyed buildings in the Kanara settlement, where in the only extant room without water and electricity are huddling now together old and young alike. The father works in the market, a place of permanent hope and disappointment. «Sometimes kids are begging. What can we do? When children ask for food and some stuff, you know…».  One of the boys cuddles with his grandpa looking on me intently. He became an orphan, when his young father died and his mother finally left him. They won`t have another family or another life. Even in the Orphanage. «My father was a well-known person in the town. He was educated and religiously inspired». Would his son manage to transmit the family tradition without regulating the daily life of his children and losing them one by one? «I pray to God and He is merciful to us. Look, someone else would die in such conditions and my children are healthy».
«My kids want to study, they go to school and were attending the mosque, this one... But how can they go there now when there`s lack of clothes…». Jackson takes a small synthesizer and starts playing and singing a beautiful and drawling song. Actually the synthesizer doesn`t work without batteries and we are enjoying only his childish voice. A child lives playing. But in this life these children have already grown up. They feel themselves responsible for their brothers and sisters. And they need faith and hope as well as an open way to overcome their adult problems. «I`m ready to do every kind of regular work, if only I could find it» - repeats Hajrula and starts telling another surrealistic life story about his love and his sorrow, In which every finest detail draws a picture of people’s fate in the small town surrounded by the hills.
Ksenia Trofimova








sábado, 5 de enero de 2013



Lakshmi, 23 años. Su nombre significa fortuna y la tuvo toda hace un par de meses, cuando le salvaron la vida en el hospital de la Fundación Vicente Ferrer, en Kalyayandurg. Su marido le obligó a abortar a su tercera hija, de la que estaba embarazada de seis meses. Ella sabe que cometió un delito, de ahí que evite mostrar su rostro, y agradece que los médicos no la denunciaran pues ahora estaría en prisión. Llegó al hospital casi desangrada, acompañada por la mujer que le practicó el aborto. Los médicos pudieron suturar el útero y le ligaron las trompas para evitar un nuevo embarazo, que con toda probabilidad le costaría la vida. Pertenece a una casta superior, así que la Fundación no paga el gasto de la intervención quirúrgica, unas 4,000 rupias, 50€, que hubieran sido 35.000 rupias en una clínica privada. Cada año 600.000 niñas no llegan a nacer en India por culpa de los abortos selectivos.


Nagalakshmi, 30 años. Casada a los 12 con su tío alcohólico, forzada a abortar a los 8 meses de embarazo, viuda a los 20, aceptó una oferta para trabajar en Delhi como empleada doméstica, sin contrato, 10.000 rupias mensuales. No se despidió de nadie, tomó un tren y la pesadilla se convirtió en terror, la encerraron en un burdel, le cortaron el pelo, la maquillaron y obligaron a vestir mini falda, se resistió unos días pero le sumergían los brazos en agua hirviendo, le pegaban en las piernas con un palo y sucumbió. Cuatro años trabajando día y noche como prostituta, sin pagarle una sola rupia ni opción a escapar, con policías cómplices vigilando la puerta. En total eran cuatro mujeres, todas engañadas, una de ellas pudo avisar a su padre y éste a su vez al suyo. La liberaron y prometió regresar. Ya en casa el grupo de mujeres de su pueblo le insistió para que se quedara, le consiguieron un trabajo como limpiadora y con un préstamo del Fondo de Mujeres montó un quiosco. Hoy es líder del sangham y ha evitado con su ejemplo que una joven cayera en la red de tráfico de mujeres. 

Sake Kullayamma, 27 años. Enviudó al año de casarse con el hombre al que conoció el día de su boda, cuando tenía 16. Hacia veinte días que había dado a luz por cesárea a su única hija, entonces los suegros le arrancaron las pulseras y los anillos de los pies, símbolos de casada, y no han querido verla nunca más, tampoco a su nieta. Como viuda que es representa la mala suerte, así que todos en el pueblo la evitan. Trabaja como jornalera en el campo, nueve horas arrancando malas hierbas, por las que cobra euro y medio al día. Vive en la casa familiar, una sola habitación compartida con padres y hermanos, y sabe que en unos años, cuando el menor se case, deberá ceder su espacio a la cuñada. Para esa fecha dispondrá del dinero y los intereses ahorrados con el programa De Mujer a Mujer, con el que se comprará un terreno, 400 €, y con la ayuda de la Fundación hará realidad su sueño, construir una casa, 1775€, que registrará a su nombre. En el shangam de su pueblo, donde vence su aislamiento social, ya ha aprendido a escribirlo y seguro que para entonces habrá recuperado la dignidad perdida.


Jyothi,14 años. De no haber sido por la intervención de la Fundación esta niña se habría casado hace unos meses con un hombre 31 años mayor que ella, viudo y padre de dos hijos. La belleza de la niña le tenia eclipsado tanto que, y eso es extraño en India, ofreció a sus paupérrimos padres pagar él mismo la dote y la boda. La niña amenazó con suicidarse. También algunos familiares, pertenecientes a la asociación de mujeres local, presionaron a la madre para que no aceptara y finalmente, tras cuatro intentos por convencerla y la amenaza de denunciarla ante las autoridades, acabó firmando la renuncia y el compromiso de no casarla hasta que cumpla 18 años. A la niña, que forma parte del programa de apadrinamiento de la Fundación, se la ve feliz, ahora estudia en un internado y quiere ser enfermera. Dice que cuando acabe los estudios le pedirá ayuda a su madre para elegir marido. Las dos han sido valientes, la pequeña por imponer su decisión y la madre por entender, al fin, que la salud y bienestar de su hija no tiene precio.

taller foto en los barrios que os sobraban.


CONCEPTO DEL TALLER:

“Aquí todos nacimos en barrios que os sobraban

rodeado de cosas, de cosas que os sobraban

esperando ser personas en la noche que os sobraba

unas sombras en los muros de las calles que os sobraban”

Asi comienza el texto que Manolo Vazquez Montalbán escribió para mi primer libro de fotografia titulado Melodia del Raval y asi se llaman nuestra serie de 6 talleres de fotografía que desarrollaremos “EN LOS BARRIOS QUE OS SOBRABAN”

Esos barrios que han sido abandonados y que normalmente pasamos en tren o en coche y los vemos desde lejos sin detenernos a pensar que historias humanas hay dentro de cada barrio, su arquitectura anarquica en la mayoría de ellos y sobretodo el sentimento de barrio que tienen sus habitantes.

Para ser un buen fotógrafo no hace falta irse a la india ni a China ni a la guerra, quizás muchas veces resulta más interesante documentar lo que ocurre a tu alrededor, en barrios como Bellvitge, Santa Coloma, Sant Roc , lo tienes todo: lo bueno , lo malo, el drama de la falta de trabajo, la persecución de los que son presuntamente ilegales.. documentar lo que pasa a tu alrrededor es importante.

Los talleres van dirigidos a todos los amantes de la fotografía sobretodo documental, no importa si la cámara es buena o mala o si no teneis ni idea de técnica, lo que importa es que os guste contar historias de la manera narrativa que sea. la finalidad mia como profesor es enseñaros a sentir la fotografia desde dentro, desde el estomago hasta la cabeza.

Los barrios que os sobraban: estos serán los barrios que hemos seleccionado para los talleres

1-SANTA COLOMA

2-SANT ROC

3-MONTBAU

4-BON PASTOR

5-ZONA FRANCA

6-EL PRAT DEL LLOBREGAT

ESTRUCTURA TALLER: fin de semana

16 horas

Los talleres comienzan el Sabado por la mañana, con una reunión previa de participantes con Jordi Oliver en un café del barrio previamente localizado, en esta reunión hablaremos de la motivación de cada participante y sus dudas tanto técnicas como narrativas.

A continuación y durante todo el dia, recorremos los barrios en busca de historias o tan solo descripción del epacio, cada uno tiene que sentirse libre, yo estaré siempre al lado de los participantes para responder y aconsejar por cualquier duda.

Durante todo el dia seremos y nos sentiremos fotógrafos en barrios desconocidos, nos lo tomaremos como un ejercicio de narrativa periodística, sabiendo que, de este dia tienen que salir como minimo 10 o 15 imagenes buenas por cada participante.

Al anochecer según época del año, acabamos la sesión.

Al dia siguiente nos reunimos en las instalaciones de CFD, para visualizar , editar y ayudaros a construir una narración coherente.